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Matroshka, el maniquí espacial, regresa a la Tierra

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FUENTE: elmundo.es | Madrid
Actualizado domingo 07/06/2009

'Matroshka', un maniquí espacial diseñado para medir el impacto de la radiación cosmica sobre el organismo humano, acaba de regresar a la Tierra. Tras pasar cuatro meses a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), un equipo de científicos de la NASA ha empezado a analizar las mediciones obtenidas por los sensores de este muñeco con forma de torso humano.

Los resultados de este experimento van a resultar cruciales para el futuro de la exploración espacial, ya que los científicos necesitan comprender los riesgos de la radiación y desarrollar tecnologías eficaces para evitarlos. Esto será fundamental para garantizar la seguridad de los astronautas en misiones de larga duración, como las que se pretenden lanzar a la Luna y a Marte a lo largo de la próxima década.

'Matroshka', cuyo nombre alude a las tradicionales muñecas huecas de Rusia, fue diseñado por expertos de la Agencia Espacial Europea, y se está analizando ahora en el Centro Espacial Johnson de la NASA. Los científicos esperan que las mediciones obtenidas por el maniquí sirvan para diseñar trajes espaciales, vehículos y estructuras habitables con suficiente material aislante para mantener a los futuros colonizadores del planeta rojo a salvo de la radiación cósmica.
Impacto en órganos vitales

Los actuales tripulantes de la ISS llevan sensores en sus trajes para registrar la exposición a los rayos cósmicos, pero estos aparatos no permiten medir la cantidad de radiación que alcanza sus órganos vitales. Por ello, 'Matroshka' fue diseñado con un plástico que se asemeja en gran medida ala densidad del cuerpo humano, y contiene sensores de radiación cósmica en las zonas donde se encuentran el cerebro, el corazón el colon y el estómago.

De esta manera, se ha logrado una simulación bastante eficaz del impacto real de los rayos cósmicos. «Lo que importa es cuánta radiación afecta a los órganos vitales de una persona», explica Francis Cucinotta, el científico de la NASA que dirige el experimento, en un comunicado de la agencia espacial. «Matroshka imita muy bien al cuerpo humano, asi que los resultados que obtengamos serán muy útiles».

Una misión tripulada al planeta rojo durará, al menos, 18 meses. Por este motivo, uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los científicos de la NASA es desarrollar las tecnologías necesarias para proteger a los astronautas de la radiación cósmica en viajes espaciales de larga duración.

«En la actualidad, no existe un diseño viable dentro de los límites de seguridad para realizar una misión a Marte», confiesa Cucinotta. Con los materiales aislantes que existen hoy en día, la cantidad de protección que habría que colocar en una nave para proteger a los astronautas pesaría demasiado, y el vehículo ni siquiera sería capaz de despegar.

«Necesitamos encontrar materiales aislantes más livianos, y probablemente tendremos que desarrollar medidas médicas que contrarresten el daño causado a las células por la radiación espacial», explica este investigador de la NASA.

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