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Situación petrolera en Venezuela: diagnóstico

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El diagnóstico de la industria petrolera es cada vez más grave y se acorta el tiempo, por lo que sería un grave error no actuar y decidir ahora. Por ello la iniciativa ha de ser busca sostener la plataforma de producción, elevar la tasa de restitución de reservas, crear las condiciones para extraer el petróleo y el gas en campos de mayor complejidad.
Asimismo se hace necesario construir más refinerías y ductos para reducir la dependencia en petrolíferos y petroquímicos. La situación actual está identificada por la necesidad de trata de obtener beneficios sin un costo muy alto, no decidir pone en riesgo la viabilidad de la industria petrolera y la seguridad energética.
La situación petrolera actual está dando un cambio que a lo mejor no ha sido percibido como tal; el cambio que se está dando es un cambio lógico y oportuno, de revisar la política de inversión y colocación de crudo en los mercados internacionales y proceder con las inversiones en términos de certificar las reservas, ya que las reservas son la base para desarrollar proyectos a medianos y a largo plazo, sino también la política que tiene que ver con el aumento de la capacidad de refinación.
En el caso venezolano, persiste una idea muy ambiciosa desde ahora hasta el 2012, en una primera fase y la continuidad hasta el 2030; el plan de lo que trata es de poner en producción y explotar las grandes reservas petroleras que tiene Venezuela y aprovechar las oportunidades que hay en el mercado, dicho pensamiento es presentado dentro de un marco o crisis energético mundial.
La responsabilidad que tiene Venezuela, se puede asumir de muchas maneras, hay una que es la tradicional, primero cómo se ha enfocado el problema desde el punto de vista de las compañías privadas internacionales, que son empresas mercantiles, comerciales e industriales enfocadas en lo particular; una organización de esa naturaleza se funda para hacer la explotación de un recurso natural y obtener las máximas utilidades posibles, dejando de lado las consideraciones de índole social. Al plantear una alternativa para el conflicto actual que sé esta dando por demanda frente a una oferta que no crece en la misma proporción, lo que resulta es un panorama a corto plazo ha llevado a los precios del petróleo a dispararse por encima de los 70 dólares.
Además, el Plan Siembra Petrolera presentado por el Gobierno es distinto al que se plantea normalmente, debido a que las naciones ricas tienen un mar de posibilidades para jugar, en cambio las pobres, de economías pequeñas no. Trayendo como consecuencia un incremento en el costo de vida, una crisis que las empresas mercantiles no están en capacidades de responder, debido a que su cultura es mercantilista.
Por tal razón, el esquema de responsabilidad social que ha presentado el Gobierno Nacional es algo resaltante dentro de lo que llaman la política multipolar, dando pie a otras compañías procedentes de China, Rusia, Irán e Irak”. La altísima responsabilidad del país frente al mundo, suponiendo en la actualidad los acuerdos de integración energéticos como Petrocaribe, que es una alternativa de enfrentar la crisis que se está dando o se va a dar en corto plazo.
Por su parte la OPEP va aumentar o disminuir la producción de 28 a 30 millones de barriles o algo por el estilo, no tomando en cuenta si aumentan los crudos, sino que si aumenta la capacidad de refinación, por lo cual todo el proceso se va a demorar y la situación de corto plazo se va a prolongar; aunque algunos especialistas mencionan que los precios van a continuar altos a pesar de la circunstancia económica que atraviesa los EE.UU.
En un sentido más estricto, la situación petrolera actual, en la cual Venezuela juega papel preponderante, debería asumir las siguientes indicaciones para prever los escenarios de conflicto del futuro. Estas indicaciones, en el caso venezolano, serían: 1.- La agudización de las medidas de seguridad y los esfuerzos de resguardo en las instalaciones petroleras venezolanas a nivel nacional, haciendo especial énfasis en aquellas del occidente nacional y en las más cercanas a la frontera colombo-venezolana; 2.- Estudiar en profundidad las implicaciones que para Venezuela tendría el cambio algunos países de productor a importador neto y las alternativas en materia de suministro eficiente. Aunado a las repercusiones que en los presupuestos nacionales de países también productores de petróleo, pudiera causar el gasto no tradicional en importación de energía; y 3.- Crear, aun bajo el supuesto de que los gobiernos compradores pudieran estar buscando alternativas energéticas, una comisión especial para el estudio profundo de las probables implicaciones de la sustitución energética del petróleo a mediano o largo plazo.
En este sentido, se hace necesario apreciar como primer factor que la amenaza al petróleo es la geología, específicamente, la Ley de Hubbert, conocida como la teoría del pico del petróleo. En Estados Unidos en el año 1970, el geofísico Marion King Hubbert aseguró que la producción petrolera había llegado al máximo, a partir de esa fecha no ha dejado de disminuir. La tecnología también amenaza a este hidrocarburo. Barack Obama, candidato a la presidencia estadounidense, anunció su plan energético, que incluye una inversión de 150 mil millones de dólares en nuevas tecnologías ya existentes, haciendo referencia a las utilizadas en las principales ciudades europeas donde hay decenas de autobuses circulando con hidrógeno y automóviles híbridos que se mueven con electricidad y petróleo.
Algunas de ellas sí, pero con esas inversiones gigantescas y la voluntad política se están abaratando los costos hasta volverlas utilizables. Los precios actuales del petróleo provocan que los grandes países busquen nuevas formas de energía. Este combustible fósil seguirá utilizándose, pero le ocurrirá como a la madera que fue sustituida por el carbón y éste reemplazado por el gas y el petróleo. La tecnología avanza, ya no utilizamos máquinas de escribir, sino computadoras. Además el calentamiento global obliga a cambiar el modelo económico basado en el consumo masivo del petróleo.
Actualmente, existen cinco factores: la geología, la tecnología, la recesión económica mundial, el calentamiento global y la inflación mundial de los alimentos. Hoy, los grandes líderes internacionales lo discuten y buscan un nuevo modelo económico que sea menos agresivo para el ambiente, más rentable y de mayor viabilidad económica. El presidente Hugo Chávez conoce la realidad, pero prefiere conseguir el respaldo a sus políticas. La mayoría de los países utilizan los favores venezolanos sin ninguna intención real de apoyar al primer mandatario, lo hacen por necesidad de compensar los altos precios del hidrocarburo. Es la última oportunidad del país y es criminal lo que hace Chávez, desperdiciando los beneficios que proporciona la comercialización de este recurso.
Venezuela no está haciendo nada para enfrentar ese futuro inevitable, seguimos empleando el modelo rentista heredado, que nos llevará al fracaso. Los altos precios actuales del petróleo son nuestra última oportunidad y nada se hace para diversificar nuestra economía. Dependemos de un producto que será sustituido en el mercado como principal fuente de energía. Para solventar la situación, debiera haber una relación transparente entre productores y consumidores; y si los primeros bajaran los precios impedirían el surgimiento de estas nuevas tecnologías. Sin embargo, Chávez acaba de calificar de “justo” el precio del barril a 140 dólares, él sólo quiere dinero para gastar y no le importa el futuro del país.
Igual que en las grandes compañías, porque en definitiva Venezuela es una gran compañía de energía y debería tratar de estar a la vanguardia de las nuevas tecnologías como lo está haciendo Shell, Exxon Mobil y Total Oil. Hay que construir decenas de refinerías especiales e invertir sumas portentosas. En este caso, Pdvsa se dedica a regalar lavadoras y neveras. El gobierno no está haciendo las inversiones necesarias en la Faja del Orinoco y nos arriesgamos a no extraer nunca el petróleo de la famosa faja. Por otro lado, Chávez no va más allá de hablar y hablar sobre el tema.
Si se explota la faja a máxima capacidad, quizás produciríamos unos ocho millones de barriles diarios, pero el mundo no esperará a que Venezuela lo abastezca. Hoy la Faja está dividida en 27 bloques repartidos entre compañías que no tienen experiencias petroleras como las vietnamitas, bielorrusas, portuguesas y cubanas, a fin de contar con el voto de estos países en las Naciones Unidas. El petróleo se usa para fines políticos mezquinos, no para desarrollar al país. Hace años no existían amenazas como las geológicas y el calentamiento global, esta última es la más peligrosa. La quema de combustibles fósiles afecta aún más la situación y ya no depende solamente de los precios, es un tema de supervivencia de la humanidad. El informe de Naciones Unidas habla de la desaparición de islas y ciudades costeras. Ahora se construye un oleoducto para llevar este recurso natural de las arenas petrolíferas de Canadá a Estados Unidos. El petróleo convencional se está acabando, es aquel que no requiere de mayor esfuerzo para extraerlo y a veces hasta sale por la presión interna en la tierra, sólo al final de su explotación requiere de artilugios tecnológicos como la inyección de gas en el pozo. El hidrocarburo no convencional tiende a ser carísimo, el más liviano se consigue únicamente a enormes profundidades marinas y consecuentemente, nunca más tendremos petróleo barato.

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